viernes, 18 de diciembre de 2009

Darwin Marketiniano?


Si trabajas en una empresa que ofrece productos tradicionales, con estrategias de marketing tradicionales a gente tradicional este post es para ti. Cuando llevas mucho tiempo en el mercado, las organizaciones se vuelven lentas. No reaccionan a los cambios como deberían e incluso los rechazan de antemano.

Si Darwin viviera hoy sería o economista o marketiniano. La sobrevivencia del más apto no está mejor reflejada que en el ámbito de los negocios. Cuando tenemos el control deseamos mantenerlo durante el tiempo más extenso posible. Somos el status quo y no queremos dejar de serlo. Pero el mercado al igual que la naturaleza no te va a pedir permiso para cambiar el panorama, lo cambia. Dejaste de ser el predador para ser la presa.

Hace 20 años las empresas más eficientes vencían y adquirian a las empresas menos eficientes. El modelo industrial seguía en pie… Hizo su aparición internet y rompió el esquema. Ahora los consumidores obtuvieron mucho mayor poder. Su poder se basaba en la información que recababan de la red.

Los grandes no pudieron hacer nada más que observar. Aparecieron nuevos competidores con nuevas formas de llegar a público. Nadie pudo competir contra ellos. Obtuvieron una porción del mercado de nunca regresaría a los viejos titanes. Entonces, ¿cómo reaccionaron ellos? Como reaccionaría cualquiera. Buscaron los cambios en las tácticas de estas empresas nuevas y los copiaron. El ser humano es un imitador por naturaleza, el problema radica en que casi todos copiamos lo que vemos.
El secreto del éxito está basado en un cambio radical de estrategia, no de táctica. El enfoque estratégico es completamente distinto, estas empresas (eBay, Amazon, Yahoo!) crearon su propio modelo donde las empresas tradicionales no encajan. El modelo industrial empezó a hacer agua.

Nos cambiaron las reglas del juego. No nos dimos cuenta. Empezamos a generar pérdidas. Las empresas quebraron. Muchas personas están en la calle. El cambio fue tan profundo que ha cambiado los cimientos del capitalismo como lo conocíamos. Empezamos a dejar de lado métodos de hacer las cosas casi inmemoriables para buscar formas más eficientes de realizar las misma tareas.

El valor agregado de la marca y la forma como hace sentir a los clientes es más del 90% del precio de los productos que consumimos a diario. Ese margen de ganancia ya no puede ser atribuído a la productividad marginal del capital o del trabajo. Esa brecha enorme entre el precio de dos productos iguales pero con diferente marca está basada solamente en eso, en la marca. Si mantienes todo lo demás constante es tu marca lo que hace que margines mucho más que tu competencia.

Ahora los métodos han cambiado, tu cliente ha cambiado, el mercado ha cambiado. ¿Qué hace falta para que cambies tú? Tu producto tradicional para gente tradicional (por no decir tu producto promedio para gente promedio) no le queda mucho tiempo.
La red nos vuelve cada vez menos promedio y más especiales. Estamos en contacto con personas que cultivan y colaboran dentro de cualquier campo de interés. Esa personas somos tú, yo, tu hermano y tu vecino. Cada uno de nosotros estamos mucho más avocados a nuestras pasiones que las generaciones anteriores. Tenemos los medios para hacerlo. Podemos aprender nuevos profesiones en línea. El conocimiento del mundo está en la red. Está a un clic de distancia.

Día tras día nuestras las diferencias entre nosotros aumentan, aparecen nuevos géneros enfocados a niches de mercado específicos. Ya no todos son tus clientes. Ahora sólo unos cuando va a oir tu mensaje. Como sucede en la naturaleza, tú no eres el único. Tu competencia ha crecido de manera exponencial. Si no eres el más apto para un nicho específico, prepárate para ser la cena de tu contrincante.

Nadie va a esperar que tu empresa empiece a cambiar sus formas. En realidad, a tu competencia le comviene que no cambies. Eres una presa más fácil de atacar.
Por lo tanto o te adaptas y vuelves a la carrera evolucionaria. O te quedas y te vuelves la comida de los más aptos. Tú escoges.


Miguel Tokumoto
Fanático del content marketing y su cambio en el paradigma del MKTG.

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lunes, 14 de diciembre de 2009

Fans, no Clientes

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viernes, 4 de diciembre de 2009

Diseñadores. Maldita plaga. Acabemos con ellos :-)

Hace un tiempo que repesque unos textos de la internet por la que nos toca navegar todos los días, tras refréirlos en mi cocina unas cuantas veces aqui os los sirvo cargaditos de humor irónico.

"Como todos sabemos, los diseñadores gráficos son la razón por la que hay hambre, guerras y caos en el mundo. Se meten en nuestras mentes con los mensajes subliminales que usan en sus diseños, nos llevan a las crisis, a la depresión y a cometer actos violentos e inmunes contra la humanidad y además la mayoría de ellos son comunistas y algunos hasta homosexuales, por Dios!!!

Así que para salvar definitivamente al mundo de los malvados diseñadores gráficos he creado esta lista de cosas que podemos hacer para asegurarnos de aniquilarlos y obligarlos a dejar su profesión… para siempre!!!!

1- Microsoft Office. Cuando tengas que mandarle un archivo a un diseñador grafico asegúrate que este hecho en algún programa de Microsoft Office, versión para PC. Si le tienes que mandar imágenes asegúrate que estas estén incrustadas en un archivo Word o PowerPoint, esto lo volverá loco. No se te olvide bajarle la resolución lo mas que puedas a la imagen de esa manera tendrá que llamarte para pedirte una en mas alta resolución y cuando lo haga, mándale una aun más pequeña. Si usas email para enviársela olvida adjuntar el archivo un par de veces.

2- Fuentes. (Tipos de letra) Si el diseñador escoge Helvética, tú pídele Arial. Si él escoge Arial pídele Comic Sans. Si él escoge Comic Sans quiere decir que ya está medio loco y tu misión será más fácil.

3- Más es mejor. Los diseñadores gráficos siempre tratan de dejar espacio en blanco por todas partes. Ellos dicen que esto hace que sea más fácil de leer y que el diseño será más limpio y profesional. ¿Por qué hacen esto? Porque los diseñadores gráficos odian a la gente… también comen bebes crudos. Así que pídele al diseñador que no use márgenes. Que use muchos tipos de letra y de esos dibujitos que vienen predeterminados en los programas de Office. Ellos trataran de defender sus razones pero no te preocupes, al final tú eres el cliente y tienes la razón.

4- Logotipos. Si le tienes que enviar un logotipo a un diseñador para algún proyecto asegúrate de seguir el procedimiento de mandar imágenes detallado en la regla Nº1 o mejor aun, dile que lo baje de Internet o mándaselo por fax. Una vez que el pobre diablo logre redibujar tu logo pídele que lo haga lo mas grande posible. Por otra parte, si quieres que te diseñe un logotipo haz tus propios bocetos en una servilleta o pídele a uno de tus sobrinitos que lo dibuje por ti. Nunca aceptes la primera propuesta que haga ni la novena. Pídele que meta una foto en el logotipo, letras en 3D con degradados de arco iris y que use por lo menos tres tipos de letras. Cuando te entrega la décima propuesta dile que te gusto mas la segunda pero que se parezca a la quinta usando los colores de la séptima. Esto es cruel pero recuerda los diseñadores gráficos son la causa numero uno de cáncer en nuestro país

5- Usa tus propias palabras. Cuando le describas un proyecto a un diseñador asegúrate de usar términos contradictorios:“mucho colorido en blanco y negro” “conservador pero extravagante” "minimalistamente abigarrado" Hacer esto pone al diseñador un paso más cerca de la locura y mas lejos de querer seguir ejerciendo su profesión.

6- Colores. La mejor manera de escoger colores para tu diseño es al azar. Puedes escribir los colores que más te gusten en papelitos y echarlos en un sombrero y escoger a ciegas. Los diseñadores sugerirán que escojas dos o tres cuando mucho, pero no te dejes engañar ellos quieren sabotear tu trabajo, escoge cuantos colores quieras y si quieres cambiarlos a la mitad del proyecto estas en todo tu derecho.

7- Fechas límite. Cuando el diseñador te pida que apruebes el proyecto, tomate tu tiempo. No hay prisa, tomate dos o tres días hasta una semana si quieres siempre y cuando justo un día antes de vencer el plazo de entrega del proyecto le digas al diseñador que tiene que hacer mas correcciones y cambios. Esto probablemente hará que el hígado del diseñador explote pero ¿qué más da? Ellos son responsables de los ataques terroristas que ha sufrido nuestro país últimamente.

8- Acábalo!! Después de aplicarle todo lo de esta lista a tu víctima, el diseñador, por naturaleza humana (está por determinarse si son humanos o no) se sentirá un tanto inseguro. Para ahora se dará cuenta de que no puede satisfacer tus necesidades y abandonara toda esperanza de ganar un argumento contra ti y hará todo lo que le pidas. Si quieres tu diseño en amarillo canario con letras naranjas lo hará.

Es fácil pensar que después de todo esto has ganado la guerra contra los diseñadores pero recuerda que la meta es que el diseñador se retire del negocio. Así que prepárate para darle el golpe mortal. Cuando se estén haciendo las decisiones finales sobre los colores, el texto, las imágenes, etc. Dile que te sientes defraudado por su falta de iniciativa, que él es el diseñador y debería ser él quien tome las decisiones usando su experiencia y talento, no tú. Dile que esperabas mas iniciativa y consejos de su parte y que ya estas harto de su falta de creatividad.

Después de esto puedes estar seguro de que en el mundo habrá un diseñador grafico menos del cual cuidarse, a por el siguiente".

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No me impactes........¡emocióname¡

No me impactes….
¡emocióname¡


Recojo con permiso del autor (Jorge Garcia del Arco) unas reflexiones interesantes para nuestra pequeña Komunidad .

¿Imaginas cómo sería una conversación en la que un interlocutor estuviera golpeando constantemente con sus nudillos en la cara del otro como su estuvieran librando un combate de boxeo? Pues eso es lo que la mayoría de las marcas hace con sus clientes: Les impacta. Les golpea.

Y, lo que es peor, lo hace mientras el cliente está dispuesto a mantener una conversación de tú a tú.

Muchas marcas siguen ancladas en el paradigma del siglo XX, un modelo basado en el impacto despersonalizado a una masa de consumidores que, lejos de ser tratados como reyes, no son sino simples números en una estadística que busca ser continuamente alimentada.

Pero el mundo (y el consumidor) están cambiando. Es un cambio silencioso pero vertiginoso. Un cambio que está volviendo a humanizar la relación entre marcas y usuarios.

Los consumidores ya no aguantan más los golpes. Sobre todo porque se han dado cuenta que dos no pelean si uno no quiere. Basta con girar y continuar su camino.
El consumidor ha entendido que recupera el poder que siempre ha tenido pero que el continuo aleteo de las marcas en el ring ficticio trataba de ocultar.

Por eso, el renacido consumidor ya no quiere que le impacten. Quiere que le emocionen. Quiere poder reír, llorar, disfrutar de la misma manera que lo hace cuando conversa con sus amigos e, incluso, cuando cruza palabras con un desconocido en la calle.

Las marcas deberían cambiar los guantes por flores. Mejor aún, por sobres sorpresa. Porque la única manera de seguir formando parte del espacio personal del cliente es aportando valor, embelleciéndolo, sorprendiéndolo una y otra vez.

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